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Carlos A. Sacheri, Mártir y luz del Evangelio en el ámbito académico

 


Por: Lic. Sergio D´Onofrio

 


Al momento de sumergirnos en la doctrina nacionalista y el pensamiento católico fundado siempre en la escolástica de Santo Tomás de Aquino, ​ la doctrina social de la Iglesia  en Argentina vienen indefectiblemente a nuestra memoria,  eminentes figuras que plantaron la bandera del catolicismo dentro de la sociedad de los años 30 a los 80, tales figuras son el Padre Castellani, Jordán Bruno Genta, Julio Meinvielle y por supuesto Carlos Alberto Sacheri.

En el presente artículo tengo el honor de poder traerles una breve reseña y aproximación a su vida y por su puesto abordar una de las obras más renombradas del filósofo católico argentino “El Orden Social y la Esperanza Cristiana”

En primera instancia se hace imperante realizar un breve recorrido por la vida de la persona “detrás del título” ¿Qué quiere decir esto?  Sumergirnos en el sujeto, es decir el padre, esposo y docente católico que siendo fiel a la Verdad iluminó con la luz del Magisterios de la Iglesia los errores del comunismo apátrida que intentó colarse dentro de nuestro territorio, aunque si bien no lo logró políticamente hablando (instauración del régimen comunista como gobierno político) lamentablemente si se instauró en el sistema educativo, con una abrumadora infiltración dentro de las universidades.

El Dr. Hector Hernández publicó en el año 2007 la biografía del filósofo argentino, la obra se titulada “SACHERI. Predicar y Morir por la Argentina”editado en Buenos Aires, bajo el conocido sello de Vórtice. La biografía consta de un total de 992 páginas, dentro de las cuales el autor aborda toda la historia de vida, el magisterio y la postulación de la figura de Carlos A. Sacheri como Mártir de Cristo Rey, pues como el mismo autor postula “A Sacheri se lo mató por la fe”



Esta sentencia postulada por el autor no dista en lo absoluto de la realidad acontecida dentro de la Argentina de los años 70 puesto que estamos en presencia de la proliferación de grupos terroristas tales como el ERP, el ERP 22 de agosto, Montoneros, Movimiento Revolucionario 17 de Octubre, entre tantos otros. No debemos olvidar tampoco un detalle de gran trascendencia, el cual nos provee de un pantallazo más completo de la realidad histórica, y es que dentro de estas agrupaciones terroristas se confluyó la acción armada con la doctrina filosófica del marxismo, pero también con la tan mentada “Teología de la Liberación”.

Es aquí donde entra en juego la acción del progresismo eclesiástico, cuya raíz no es otra que el marxismo simple y llano, solo que en este caso infiltrado entre las filas de la Iglesia Católica y en consecuencia, la máxima expresión política se manifestó en la fundación del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, una agrupación de clérigos argentinos que se vieron influenciados enormemente por la Carta Encíclica Populorum Progressio (1967) de S.S. Pablo VI y el llamado Manifiesto de los 18 Obispos

El MSTM surgió en Argentina a partir de 1967, aunque, según Mangioni: 

 

“Sus orígenes se remontan hacia mediados de la década del sesenta, cuando tomaron impulso los “aires” de renovación de la Iglesia. El M.S.T.M, fue una agrupación de sacerdotes (exclusivamente) cuyo objetivo fundamental era concientizar al pueblo argentino sobre la situación de injusticia en que se vivía”[1]

 

Ahora bien, ¿Por qué traemos esto a colación? Pues la respuesta nos la aporta el mismo Carlos A. Sacheri en uno de sus libros titulado, La Iglesia clandestina, nos dará un pantallazo general de la situación en cuestión y en consonancia nos da los fundamentos que postulan la tesis de las causas que encierran su asesinato.

“En nuestro país, el Tercermundismo constituye la versión no única, pero sí principal de la organización Progresista internacional. Poniendo en ejecución sus doctrinas, su organización y su metodología esencialmente clandestinas, el Tercermundismo configura la “Iglesia paralela” que intenta instrumentar todo lo cristiano al servicio de una revolución social de inspiración marxista. Lo más grave de todo es que muchos sacerdotes de buena fe, sensibles a los problemas sociales, se hacen eco de dicha prédica sin tomar conciencia de la instrumentación de que son objeto.”[2]

 

Una vez leídas las palabras de Sacheri podemos comprender más profundamente no sólo las causas de la crisis dentro del seno de la iglesia, sino que nos permite observar las consecuencias que estamos viviendo en la actualidad.  La doctrina de Gramsci logró lo que ningún dictador comunista pudo en décadas, infiltrarse en las mentes de generaciones a fin de extender la peor revolución, la que corrompe las ideas, la que se inserta en el corazón de los individuos, matando sin derramar una gota de sangre, el marxismo cultural penetrando en las filas de la Iglesia, creando así una brecha espiritual tal como nos la describe San Ignacio de Loyola en su libro de los ejercicios espirituales.

Por medio de lo esbozado comprendemos entonces la importancia de la figura de Sacheri como férreo defensor de la doctrina católica dentro del ámbito político y académico. Encontramos en Sacheri entonces, junto a Jordán B. Genta, la oposición católica frente al embate marxista dentro de la educación y la política.

 



El Profesor Carlos A. Sacheri junto a su esposa e hijos.

 

La figura de Sacheri en consecuencia, atraviesa de manera transversal todos los ámbitos de la vida política, social y religiosa de la Argentina de los 70 puesto que como aportan el Dr. Caturelli y el Dr. Octavio A. Sequeiros; la muerte de Carlos. A. Sacheri esconde de fondo una razón teológica, en definitiva, un ataque a la realeza de Cristo como lo menciona el Dr. Enrique Diaz Araujo en el año 2007 al presentar el libro de Hernández.

El justo, el cristiano es motivo de molestia para el mundo, pues la búsqueda de la santidad evidencia de manera directa e indirecta la podredumbre del mundo. Es por ello que el demonio tienta para que se erradique esa luz que tanto lo flagela… Ya nuestro Señor Jesucristo lo dice “Acordaos de la palabra que os he dicho: El siervo no es más que su señor. Si a mí me han perseguido, también os perseguirán a vosotros; si han guardado mi Palabra, también la vuestra guardarán.” (Juan 15.20)

Es así como nos adentramos ahora en los momentos de su vida que termina en su martirio a manos del brazo herético del marxismo, el cual se prepara desde la cobarde y clandestina oscuridad. Sacheri es vigilado desde hace tiempo y amenazado públicamente. No obstante esto no desanimaba al filósofo argentino, el cual confiando en Dios continuaba su magisterio sin miedo al deceso.

Finalmente, el 22 de diciembre se concreta el martirio, Sacheri es asesinado frente a sus hijos y esposa con un disparo en la cabeza.     

“I. Domingo 22 de diciembre. Acababa, de recibir a Cristo sacramentado. Frente a su casa. Rodeado de su mujer y de sus hijos. El misterio de iniquidad movió la mano del asesino que le quitó la vida. Muerte cargada de simbolismo: Venía de comulgar, marido amante y 'fidelísimo, padre ejemplar, apóstol de su Fe, imagen del laico sin tacha. Todo esto se quiso negar con su muerte, todo eso se quiso anular en él. Ceguera de la pasión homicida que al matarle le abre el camino de la Vida, que al querer anular todo lo que él representaba, lo transforma en símbolo y en semilla fértil que seguramente fructificará en el futuro inmediato. La muerte de Carlos Alberto Sacheri, más allá del dolor y de las lágrimas, ha tenido la virtud de reanimar mi optimismo y mi esperanza en la rehabilitación cristiana de la Argentina, porque si Dios ha comenzado a permitir que algunos de sus hijos merezcan morir por Él, es porque en su infinita misericordia ha decidido salvar nuestro querido y confundido país”[3]

Al poco tiempo del asesinato por parte del ERP-22 de Agosto, envía un escrito al entonces director de la revista Cabildo, Ricardo Curutchet, en la misma los herejes terroristas se mofan con asquerosa e implacable ironía respecto del descenso del profesor Sacheri, atentado admitido por los mismos, aceptando y reconociendo su autoría.

“Carísimo hermano en Cristo Rey: Nos dirigimos a usted con la confianza que nos dan los dos contactos mantenidos con la comunidad nacionalista católica y la revista Cabildo, su más digno exponente, en las personas de los queridísimos, aunque extintos profesores Jordán B. Genta y Carlos A. Sacheri. Nos guía la certeza de que seremos atendidos por Vd. con la caridad cristiana que ilumina cual antorcha sagrada, su cosmovisión escolástica, virtud ésta enseñada por Cristo y de la que fueron devotos fervorosos Santo Tomás y San Agustín. No pretenderemos referirnos a las circunstancias del fallecimiento de los profesores nombrados, sólo haremos mención de algunos detalles que los rodean (...) Como información fidedigna le comunicamos, un tanto apenados, que el difunto Sacheri no comulgó ese aciago domingo en el que concurrió por última vez a la prolongación del sacrificio de la Cruz. Nuestro enviado le dio una oportunidad, pero, oh… desatino, él no supo aprovecharla y lamentamos que esté pagando sus culpas veniales en el purgatorio (no queremos pensar que haya caído en el Fuego Eterno)”.[4]

Resulta evidente el odio, desprecio y hasta la repulsiva burla de los autores respecto de la cristiandad de los difuntos Genta y Sacheri, la herética posición de los asesinos al conjeturar respecto del estado de su alma, la mentira respecto a detalles de si comulgó o no el cuerpo Santo de nuestro Señor Jesucristo. si comparamos esta carta con el propuesto por el Dr. Caturelli anteriormente citado, naturalmente nos volcamos a dar mayor credibilidad a este último.

 

Breve análisis de la obra El Orden social y la Esperanza Cristiana

  

He elegido realizar una breve recensión de la obra titulada “El Orden Social y la Esperanza Cristiana” del profesor Carlos A. Sacheri, ya que considero de gran importancia compartir nuestra experiencia personal vivida en el ámbito universitario mientras impartía la asignatura “Enfoque Sociocultural de la Educación”. Esta asignatura, con una considerable carga sociológica, fue una oportunidad para centrar casi el 90% del contenido en los escritos de Sacheri, como “El Orden Natural” y la obra anteriormente mencionada, como así también gran cantidad de material del Magisterio de la Iglesia.

Es imperioso recordar que la obra titulada “El Orden Social y la Esperanza Cristiana” no es un libro compaginado como tal por el autor, sino que el mismo consta de diferentes trabajos elaborados por Sacheri a lo largo de su vida, el libro como tal es diagramado y publicado posteriormente a su martirio siendo la tercera edición en el año 2014 por la editorial Escipión.

La obra en cuestión se compone de 4 partes, las cuales tratan de diferentes temáticas acorde a la Doctrina Tomista respecto función de la Iglesia dentro de la sociedad como lo es la función indispensable de los principios básicos de la primacía bien común, solidaridad, subsidiariedad, planteando además la jerarquía existente entre dichos principios dentro de la sociedad civil y política, serán estos tres principios los que sustenten al Orden Social. 

Desde allí se desprenderán las tres siguientes partes constitutivas de los cuerpos intermedios (La Iglesia, El Estado y la Familia) y como ellas intervienen dentro del ámbito educativo (es aquí donde también encontramos la relación directa con la Encíclica Divini Ilius Magistri de Pio XI)

Finalmente encontramos en la cuarta parte la acción de la Universidad dentro de la educación esta será a la cual dedicará gran parte de su vida, haciendo frente a herejía tercermundista y marxista dentro del ámbito educativo y político.

Ahora bien, después de esta ínfima reseña me gustaría dejar plasmada mi experiencia personal como docente en el ámbito universitario y en específico en la materia ya antes mencionada, utilizando los escritos de Sacheri.

Es por todos de sobra conocido la enorme batalla cultural que los docentes debemos afrontar dentro del ámbito académico, esto se observa de una manera más acérrima en los institutos de la Patagonia argentina, donde ya desde el nivel medio se presenta un Diseño Curricular diabólico, marxista y apátrida, específicamente hablando de Neuquén.

En la formación universitaria debí tener cautela al presentar el material del autor, quitando las menciones a Dios, no obstante, tuvo muy buena aceptación por parte del alumnado y unas de las sorpresas más grandes que me llevé se originó en la mesa de examen final, donde un alumno que públicamente reconoció su marxismo y anticlericalismo, rompiendo en llanto, pidió disculpas y confesó frente al tribunal su conversión a Dios después de haber leído y estudiado los escritos de Sacheri.

La sorpresa fue muy gratificante, más allá de que la persecución ideológica estuvo presente durante todo el año, y continua actualmente, a pesar de que ya no dicto esa materia.  Puedo decir que ¡Valió la Pena! Y es muestra de cómo los escritos fieles al Magisterio de la Iglesia como lo son los libros de Sacheri, son luz para el mundo en todos los tiempos.  

 

 

 

Bibliografía

Carta escrita por el ERP 22 de Agosto al director de la revista Cabildo. Dr. Ricardo Curutchet 1975 

CATURELLI A. (1975) Carlos Alberto Sacheri 1933 – 1974. Articulo. Sapientia Vol.30, No.115, 1975. Pontificia Universidad Católica Argentina

HERNANDEZ H. (2007) SACHERI. Predicar y Morir por la ArgentinaEd Vórtice. Buenos Aires. Argentina  

MANGIONI M. (2004). Movimiento de Sacerdotes para el tercer mundo. Recuperado el viernes 2 de diciembre del 2022 desde http://www.elortiba.org/old/pdf/Mangione_MST.pdf 

SACHERI C. (1971). La Iglesia Clandestina, Buenos Aires: Ediciones del Cruzamante,

 



[1]MANGIONI M. (2004). Movimiento de Sacerdotes para el tercer mundo. Recuperado el viernes 2 de diciembre del 2022 desde http://www.elortiba.org/old/pdf/Mangione_MST.pdf  p 5

[3]CATURELLI A. (1975) Carlos Alberto Sacheri 1933 – 1974. Articulo. Sapientia Vol.30, No.115, 1975. Pontificia Universidad Católica Argentina

[4]Carta escrita por el ERP 22 de Agosto al director de la revista Cabildo. Dr. Ricardo Curutchet . 1975 



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