Por: Lic. Sergio D´Onofrio En esta oportunidad realizaremos un recorrido por los inicios de la América
Española, desde la creación de los dos nuevos Virreinatos (Nueva Granada y el
Río de La Plata) como media de política estratégica hasta sumergirnos en la
realidad social y familiar de las relaciones étnicas en hispano américa. Antes de comenzar con el
análisis correspondiente a las pinturas, me gustaría resaltar una realidad de
este punto en específico; España siempre se ocupó de dejar en claro que el
indio debía ser bien tratado y evangelizado. ¿Se cometieron
abusos? Ciertamente, aunque fue minoría, pero no por esa minoría debe
obviarse a todos aquellos que vinieron por vocación, dejando de lado su
seguridad y afectos en el continente europeo. |
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Se
tiene a Fry Bartolomé de las Casas como a un “noble paladín de la defensa
de los indígenas”, sin embargo, nada hay de seriedad en sus argumentos,
no hay testimonios con fecha, cantidad, nombres, solo dialéctica racial
(indio bueno, español malo), existe gran variedad de documentación y
bibliografía sobre este personaje como, por ejemplo: Enrique Díaz Araujo “Las
Casas visto de costado”, Ramon Menéndez Pidal “El padre De las Casas,
su doble personalidad”, entre otros.
Volviendo
al tema inicial con respecto al análisis de las imágenes,
las mismas corresponden a una temática de “jerarquía de castas” en la
américa hispana. La misma tuvo su auge durante el s.XVIII. Es común apreciar en ellas interesantes detalles
como la ropa que se utilizaba y los trabajos que se realizaban. Las diversas
fuentes señalan que las primeras pinturas de castas datan desde el año 1710,
cuya finalidad era la de informar al por entonces rey Felipe V sobre la
diversidad de castas en el nuevo mundo. “El tema principal de
este género pictórico era la formación de una nueva casta y estaba centrado
en el grupo de los padres y el hijo; es decir, la familia domina el escenario
central de la obra, casi siempre en un contexto doméstico e íntimo dentro del
marco de las labores de la casa o de los oficios a los que el marido y su
mujer se dedicaban, en los cuales el niño o la niña no quedaba excluido de
participar. Llama la atención la ausencia de lo que hoy conocemos como adolescentes,
pues la etapa entre la niñez y la adultez no se pintó en estos lienzos.”[1] Lo
particular de dichas impresiones es que muestran, además, no solo las
relaciones entre estas y los españoles, sino que pueden observarse las
interacciones entre las distintas castas, que componen el crisol americano.
Detalle interesante además que no debemos pasar por alto, dado que es este un
foco de ataque constante por los enemigos de la Hispanidad, sosteniendo estos
primeros que “España realizó un genocidio y maltrato constante a las
tribus americanas, etc.” Otro
dato interesante es que no todas las pinturas contaban con la firma de su
autor, sin embargo, existen varias que si fueron firmadas e hicieron muy
conocidos a sus autores, algunos de ellos fueron Andrés de Islas, Ignacio de
Castro, etc. Los cuadros de castas se presentaron con
mayor frecuencia en series de dieciséis lienzos individuales
agrupados a modo de mural en dieciséis compartimentos. Cada serie suele
representar por lo general a un hombre, mujer y niño[2] Anexamos
a continuación las diferentes imágenes sobre las diferentes castas , posteriormente anexaremos la
bibliografía utilizada. Bibliografía CASTAÑEDA GARCÍA Rafael. Pinturas de Castas. Relatos
de Historia en México, número 115. Marzo 2018 https://bauldechity.wordpress.com/2019/10/25/las-pinturas-de-castas/
[18 de maro 2021] MODULO I. Antecedentes del proceso revolucionario. La
sociedad tardocolonial. Universidad Católica de La Plata. Año 2021
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[1]CASTAÑEDA GARCÍA Rafael. Pinturas
de Castas. Relatos de Historia en México, número 115. Marzo 2018
[2]https://bauldechity.wordpress.com/2019/10/25/las-pinturas-de-castas/
[18 de maro 2021]
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