Por: Lic. Sergio D´Onofrio
Desde los albores de la historia, más precisamente partiendo de la caída del Hombre con el pecado de Adán y Eva, el ser humano se vio en la necesidad de esforzarse por conseguir su alimento por medio del sudor de su frente. Como consecuencia del pecado original entró la muerte, los vicios y se desataron en él las pasiones descontroladas y sobre todo la constante búsqueda del poder.
Durante las distintas épocas el ansia de poder y de control político a llevado a los hombres a enfrentarse continuamente entre sí para llegar a ocupar un cargo de alta jerarquía. Muchos sin duda contaban con las virtudes de mando y la capacidad de procurar la consecución del bien común, sin embargo, no todos los Hombres están hechos para gobernar, no bastan las buenas intenciones, ni ser un buen administrador, sino por el contrario, solo aquellos que cuentan con las cualidades de liderazgo, prudencia, fortaleza, templanza y la persecución del bien común son aptos para tal tarea.
Durante la época de la Cristiandad, donde los valores cristianos calaban hondo en la mentalidad y espiritualidad de la sociedad, se tenía plena conciencia de esta realidad y la Iglesia se encargaba de regular, bajo una estrecha vigilancia y corrección fraterna, a los gobernantes para que no se apartaran del recto camino en la misión que Dios le había encomendado.
A partir de los siglos XV y XVI se produjo un quiebre en aquella sociedad cristiana, se experimentó una decadencia de aquel orden jerárquico, político y social que se basaba pura y exclusivamente en el mismo orden natural de las cosas. Aquel sistema se vio afectado en sus estructuras, desmoronando ese orden natural para dar comienzo a una nueva sociedad, la cual ya no se cimentaría en lo natural, sino por el contrario, se regiría por lo meramente económico, ya no existirán ordenes sociales o estamentos, sino que en su reemplazo surgirán las clases sociales. La época de la Cristiandad desaparecerá dando lugar a lo que la historia conocerá como el Renacimiento.
El renacimiento se caracterizó por un cambio rotundo de paradigma, donde el Teocentrismo será reemplazado por el antropocentrismo, ya no será Dios el centro de todo el pensamiento filosófico, artístico, político, cultural, etc. Sino por el contrario, ahora será el hombre quien ocupará este lugar de privilegio y será la razón la que dará la luz al ser humano. El padre Alfredo Saenz denomina a este proceso como el “Renacimiento Paganizante”.
Mencionamos anteriormente que con la llegada del renacimiento la estructura social sufrirá un cambio, en efecto los ordenes o estamentos de la cristiandad son ahora reemplazados por las clases sociales, basadas por el lucro y el poder adquisitivo producto del comercio. Los títulos de nobleza seguirán siendo de gran valor y respeto, pero ya no serán éstos quienes se queden con el privilegio de gobernar o de concentrar el poder político, sino que ahora emerge una nueva clase social que concentrará en ella un enorme poder económico y que por medio de éste adquirirá títulos nobiliarios e irá ascendiendo en la escala jerárquica, hasta amasar un poder político sin precedentes y más adelante será quien lleve a cabo una de las matanzas de cristianos a través de una de una de las peores revoluciones anti católicas y sanguinaria, denominada en 1789 como la Revolución Francesa, donde por medio de esta de avanzó (negativamente) en la negativa del Hombre hacia lo sagrado, con la mal llamada Reforma Protestante (1517) se dijo no a la Iglesia de Cristo, en consonancia con esto, en la Revolución Francesa (1789) se le dirá no a Cristo para finalmente con la Revolución Marxista, más conocida como Revolución Rusa, (1917) se le dijo no a Dios.
La denominada Burguesía será esta nueva clase social que a través del control económico buscará hacerse del control político. Muchos autores señalan el surgimiento de estos personajes en la Francia cristiana. Estos eran quienes primeramente se desempeñaban como artesanos, herreros, constructores (de este gremio surgirá en la Inglaterra de 1717, la denominada masonería) etc.
El burgués comenzará a entrar en la escena política y a codearse con los distintos gobernantes quienes siempre interesados en su capacidad económica, les comenzarán paulatinamente a abrir las puertas y tener un poco de participación política. Sin embargo, el punto de quiebre y el control efectivo del poder vendrá recién con la detonación de la Revolución Francesa de 1789, una revolución exclusivamente burguesa, donde por medio de los “Estados Generales” convocados por el rey Luis XVI, llevarán a cabo este levantamiento que culminará con la decapitación del monarca, su familia y la consiguiente matanza de cristianos, seguido de una reforma satánica de todos los ámbitos impulsados sobre todo por la masonería. En definitiva, lo más importante en este pequeño escrito es el poder detectar como a fin de cuentas aquellos que controlaban la esfera económica, finalmente lograron detectar una brecha por la cual colarse y abrirse paso en la consecución del poder político.
El control Político burgués actual
Finalmente, y para dar un cierre a nuestra exposición, llegamos a nuestra época, donde está a la vista el control total de los gobiernos por parte sectores más acomodados, a los cuales hoy podríamos denominar “burguesía moderna”, no solo por el hecho de que son quienes tuvieron los medios económicos para llevar adelante su campaña política, sino que también supieron aumentar su patrimonio a costa de los habitantes de los distintos países donde están gobernando. Esto también es propio de aquellos primeros burgueses, que a partir de su riqueza supieron acrecentarla e instauraron un control efectivo sobre la población.
No es de extrañar que las políticas de gobierno siempre, o si no es así al menos es la mayoría de la veces, esta regida y conducida por intereses económicos personales donde el gobernante (salvo algunas excepciones) no se basa en la búsqueda del bien común y en el orden social ( y en esto Argentina lamentablemente no es la excepción) sino por el contrario, se mueve (más allá de que trate de disfrazarlo bajo el principio de solidaridad) bajo los principios burgueses del lucro y respondiendo a burgueses más grandes.
Podemos partir siempre de la misma premisa “Aquel que posee el poder económico terminará tarde o temprano ostentando el control del poder político”, lejos quedaron ya los valores de la Cristiandad en la esfera política, con la detonación de las distintas revoluciones ya mencionadas se pretendió apartar a Dios de los sectores políticos y económicos.
Es necesario retomar los principios cristianos del bien común para poder comenzar a poder instaurar un correcto orden social en consonancia con el Reinado Social de Cristo.
Bibliografía
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PENNISI Eduardo Rubén. La Revolución Francesa. https://www.youtube.com/watch?v=ZvNFHWs0tbY [27 de agosto 2020]
La Burguesía ¿Qué es después de todo?. https://menriqlacroix.wordpress.com/2011/12/02/la-burguesia-que-es-despues-de-todo/ [27 de agosto 2020]
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SACHERI Carlos Alberto. El orden Natural. Editorial: Vórtice; Lugar: Buenos Aires; Año: 2007 (6ª ed.)
SACHERI Carlos Alberto. El orden Social y la esperanza cristiana. Ed. Cruzamante. Lugar Buenos Aires. Año. 1975.
SAENZ Alfredo. La Nave y las Tempestades. El Renacimiento y el peligro de mundanización de la Iglesia. Ed. Gladius. Año 2004
WIDOW Juan Antonio. El hombre, animal político
[1] El Renacimiento. Rechazo, burla y menosprecio a la Edad Media.http://www.es.catholic.net/op/vercapitulo/6454/el-renacimiento-rechazo-burla-y-menosprecio-a-la-edad-media.html [27 de agosto 2020]
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