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La Edad Moderna. Orígenes y consecuencias.



Por: Lic. Sergio D´Onofrio

Introducción

 

La Historia moderna es un eje fundamental en la formación tanto académica  de cada individuo, en ella encontramos los hechos fundamentales por medio de los cuales se explican la inmensa mayoría de los sucesos contemporáneos 

En el siguiente escrito realizaremos un análisis y exposición de los hechos históricos acontecidos  durante dicho período, los mismos nos darán un pantallazo de la compleja realidad atravesada en dicho período histórico, partiendo de los escritos de diferentes pensadores de la época como así también escritores contemporáneos.

La Edad Moderna nos sitúa en el tercero de los ya conocidos periodos históricos por medio de los cuales se divide comúnmente la historia universal, Más precisamente la Edad moderna se comprende entre el siglo XV y el XVIII. En este tiempo el común denominador se encuentra en el desarrollo de diversos cambios de paradigma con respecto a la fe y al rescate de todo el conocimiento de la edad antigua o también conocida como Época Clásica.


Desarrollo

 

            Como mencionamos anteriormente la historia moderna comprende los hechos acaecidos entre los siglos XV y el XVIII. Pero como es lógico, la división histórica no es tajante ni bien delimitada en cuanto a su inicio y final, por el contrario, encontramos las raíces de una en la decadencia de la otra.

            Dentro de la Edad Moderna nos encontramos diversos sucesos históricos, los cuales son la base para comprender la realidad actual en la cual nos encontramos.

            Tucídides veía en la historia una conexión pedagógica, él decía que sirve como puente entre el pasado y el presente ya que en el primero intenta ver los hechos que repercuten y dan forma al presente, en esto coincide con la concepción de Tito Livio cuando enuncia de la “Histroria Mgistra Vitae est”. Si bien ya estamos lejos de la antigua concepción cíclica de la historia propuesta por los griegos y por el contrario sabemos que la historia es de carácter lineal, la cual tuvo un inicio y por ende, llegará a un final cuando se produzca la segunda venida de nuestro Señor Jesucristo. No podemos dejar de coincidir con esta mirada pedagógica que nos muestran tanto Tucídides como Tito Livio. 

            Podemos encontrar por lo tanto los primeros antecedentes de la edad moderna en los finales de la época de la Cristiandad, cuando se comienzan a manifestar los sucesos tales como la peste negra, las movilizaciones sociales, las cuales motivaron una profunda transformación en la estructura social, política y económica, generando un cambio de paradigma en la sociedad.

            En esta ocasión nos concentraremos en algunos sucesos en específicos, encontraremos en ellos una relación muy estrecha e incluso hasta causal con la realidad vivida en la contemporaneidad de la sociedad actual

            Con el declive del manejo económico feudal, es decir una economía de subsistencia, donde toda concepción de riqueza material se centraba en la consecución y trabajo de la tierra, de donde provenían los alimentos, surgirá una nueva metodología de intercambio primero a nivel local para posteriormente expandirse por las demás ciudades y con los avances tecnológicos y el descubrimiento de América, se expandirá exponencialmente, estamos hablando del mercantilismo, donde los mercaderes posarán su atención sobre la reserva de dinero, más fundamentalmente en la obtención e incremento de un excedente, el cual le genere un aumento en sus reservas. Pero no es momento aún de profundizar ello, ya que, para comprender mejor dicho tema, debemos tener en cuenta un cambio esencial a nivel social.

A partir de los siglos XV y XVI se produjo un quiebre en aquella sociedad cristiana, se experimentó una decadencia de aquel orden jerárquico, político y social que se basaba pura y exclusivamente en el mismo orden natural de las cosas. Aquel sistema se vio afectado en sus estructuras, desmoronando ese orden natural para dar comienzo a una nueva sociedad, la cual ya no se cimentaría en lo natural, sino por el contrario, se regiría por lo meramente económico, ya no existirán ordenes sociales o estamentos, sino que en su reemplazo surgirán las clases sociales. La época de la Cristiandad desaparecerá dando lugar a lo que la historia conocerá como el Renacimiento.

Con la llegada del renacimiento la estructura social sufrirá un cambio, en efecto los órdenes o estamentos de la cristiandad son ahora reemplazados por las clases sociales, basadas por el lucro y el poder adquisitivo producto del comercio. Los títulos de nobleza seguirán siendo de gran valor y respeto,  pero ya no serán éstos quienes se queden con el privilegio de gobernar o de concentrar el poder político, sino que ahora emerge una nueva clase social que concentrará en ella un enorme poder económico y que por medio de éste adquirirá títulos nobiliarios e irá ascendiendo en la escala jerárquica, hasta amasar un  poder político sin precedentes y más adelante será quien lleve a cabo una de las matanzas de cristianos a través de una de una de las peores revoluciones anti católicas y sanguinaria, denominada en 1789 como la  Revolución Francesa, donde por medio de esta de avanzó (negativamente) en la negativa del Hombre hacia lo sagrado, con la mal llamada Reforma Protestante (1517) se dijo no a la Iglesia de Cristo, en consonancia con esto, en la Revolución Francesa (1789) se le dirá no a Cristo para finalmente con la Revolución Marxista, más conocida como Revolución Rusa, (1917) se le dijo no a Dios.             

                La denominada Burguesía será esta nueva clase social que a través del control económico buscará hacerse del control político. Muchos autores señalan el surgimiento de estos personajes en la Francia cristiana.

Es esta burguesía la que controlará el comercio, son los hijos, nietos de aquellos artesanos y trabajadores de diversos oficios ejercidos en la Cristiandad, quienes, a partir de esa caída del régimen de subsistencia, vieron acrecentar su patrimonio económico y en adelante constituirán un fuerte factor de cambio en la época.

            Mencionamos además que un tiempo aflorante durante la edad moderna, denominado renacimiento, donde se observó un florecimiento de las artes, pero ya no se observa el esplendor de lo religioso, sino que se vira hacia una nueva cosmovisión el antropocentrismo. Y esto esta enteramente relacionado con la burguesía ya que serán éstos quienes financien a los diversos exponentes de la pintura renacentista.

            El núcleo de este movimiento se desarrolló en Italia donde familias burguesas como los Médici, los  D’Este , los Sforza y los Gonzaga, se ocuparon de financiar las obras artísticas con enormes sumas de dinero. Podemos observar una pintura típicamente renacentista para apreciar la cosmovisión propia de este período.

 


Dama con Unicornio. Rafael Sanzio 1506

 

            En la obra de Rafael Sanzio encontramos las características típicas del renacimiento, para empezar observamos que el tema no es religioso, sino que quien esta representada en el lienzo es una dama, una mujer, la cual obviamente no es la Santísima Virgen María; este hecho se funda en la nueva visión de la época, donde Dios ya no será parte central de todo, sino que por el contrario será relegado a un papel secundario. Ahora es el Hombre quien ocupa ese lugar de privilegio, es visto como símbolo de perfección y quien posee en sí mismo las luces. El Teocentrismo ha sido reemplazado por un Antropocentrismo. En segunda instancia vemos un unicornio, lo cual responde a una concepción mitológica, la misma responde al re alzamiento de la culturas griegas y romana, aunque en este caso el unicornio no pertenezca necesariamente a ninguna de las dos culturas mencionadas

Podemos acotar además que entre las técnicas más empleadas al momento de realizar las representaciones artísticas fueron el óleo, lo cual facilitó pintura sobre un lienzo. A su vez también se utilizó las técnicas del fresco.

            “El Renacimiento rompió, conscientemente, con la tradición artística de la Edad Media, a la que calificó como un estilo de bárbaros, que más tarde recibirá el calificativo de gótico. Con la misma conciencia, el movimiento renacentista se opuso al arte contemporáneo del norte de Europa.Desde una perspectiva de la evolución artística general de Europa, el Renacimiento significó una «ruptura» con la unidad estilística que hasta ese momento había sido «supranacional».”[1]

. No debemos olvidar tampoco que los cambios no solamente se manifestaron en el terreno artístico, también es preciso adentrarnos en el terreno religioso donde la mal llamada reforma protestante con un monje hereje y apóstata llamado Martín Lutero lideró  un movimiento que significó un duro ataque a la santa Iglesia de nuestro Señor Jesucristo.

Esta nueva herejía marcó no solo una ruptura con la Iglesia Católica, sino que también estaba llevando a muchos gobernantes, sobre todo los miembros de la nobleza alemana, a que observaran en ella una oportunidad para desligarse de la estrecha vigilancia de Roma.  

            Los errores de Lutero comenzaban a expandirse muy rápidamente por los territorios europeos atrayendo cada vez más adeptos, se requería urgentemente realizar una contraofensiva para reafirmar supremacía de la única Iglesia fundada por Cristo. Para ello se decidió convocar a un concilio, el cual se celebró en la ciudad de Trento en 1545.

        “La Reforma protestante llegó a revelar en toda su amplitud la profundidad de esta crisis de la vida religiosa y la necesidad de responder a las exigencias del cambio. También el avance rápido del protestantismo y el alejamiento en masa de la Iglesia Romana exigían una solución urgente y eficaz. Tradicionalmente, la convocatoria de un concilio es el último recurso de que la Iglesia se vale para afrontar un momento crítico, oponerse a las herejías en expansión o vencer las resistencias más tenaces a la reforma. Así no es de sorprender que la idea de celebrar un concilio ecuménico haya tomado cuerpo muy temprano, ya en la década de 1530, tanto en los círculos eclesiásticos como en los seculares. A pesar de los fracasos de los intentos anteriores, para los hombres de aquella época, el concilio seguía siendo el único medio para ayudar a la Iglesia, sanar la crisis y lograr salvar la unidad de la cristiandad.”[2]

  Los errores de Lutero generaron que la Iglesia debiera escatimar todos sus esfuerzos en reafirmar los dogmas, generar profundos cambios en la disciplina y labor eclesial pero aún así, toda la reforma de la Iglesia no pudo evitar que los errores del hereje alemán se expandieran como agua que corre en una llanura. Generando un movimiento que buscará equipararse a la Santa Iglesia Católica y a partir de allí luchar para que se la considere igualmente válida y por ende, que también reconocieran en ella un camino hacia Cristo; se comienza aquí una postura nueva, una suerte de ecumenismo, una búsqueda por la “tolerancia religiosa” que en palabras de Jonh Loocke se expresa según dicho autor, como un llamado de atención para “respetar las decisiones y la libertad individual”

        “La tolerancia de los que tienen opinión distinta en materia religiosa se ajusta tanto al evangelio y a la razón que parece atroz que haya hombres que no puedan ver ante una luz tan clara.[…] Ruego que se tenga en cuenta, por favor, lo grandes que han sido desde el principio los desacuerdos entre los que pretenden que los conductores de la Iglesia sido instituidos por Cristo y que su poder debe ser transmitido por sucesión. Esta lucha nos ofrece necesariamente la libertad de elegir, ósea deja a cada uno el derecho de entrar a la iglesia que prefiera”[3]

        En dicha “Carta a la tolerancia” Loocke le reclama al catolicismo el aceptar la herejía protestante como un camino válido a la salvación y les reprocha además su accionar religioso.

        “¿Por qué, en cambio, encaminan todos sus esfuerzos en enderezar opiniones, la mayoría de los cuales están relacionadas con detalles tan sutiles que exceden la capacidad de comprensión de la gente común? ¿Por qué se empeñan en introducir ceremonias banales? ¿Cuáles de los puntos que discuten sobre esas cosas son verdaderos, cuales son culpables de cisma o herejía, los que salen vencedores o los que sucumben?” [4]

         Todo esto motivo que la Iglesia se enfrentara a una nueva escena, ya las poblaciones estarían a merced de una herejía que provocara en ellos una mirada de recelo y a veces hasta rechazo hacia los clérigos, con la llegada del protestantismo y por consiguiente el liberalismo no solo en materia religiosa sino también política y posteriormente económica, el germen de la edad moderna está en su apogeo

        Finalmente llegamos al análisis del último factor de nuestro trabajo, retomando como punto de partida siempre la etapa final de la Cristiandad donde se comienzan a asentar las bases de lo que será la edad moderna, nos disponemos a exponer el tema del mercantilismo.

        La burguesía anteriormente mencionada y explicada estaba experimentando un creciente florecimiento e insertándose en esta nueva escala de orden social basada en la adquisición de oro como nuevo factor de riqueza.

            El floreciente comercio primero a nivel local entre las distintas ciudades y el campo, posteriormente subió exponencialmente de nivel producto de la consolidación de las nacientes naciones y los descubrimientos territoriales como es el caso de los países asiáticos y el continente americano.

            Estos descubrimientos tanto políticos, territoriales y culturales motivaron el interés por el establecer relaciones de intercambio comercial y en el caso de América, controlar el monopolio del mismo en relación Virreinato- Metrópoli (América y España) y Colonia-Metrópoli (Portugal, Inglaterra con respecto a sus colonias en el nuevo continente). 

         Cuando hablamos de mercantilismo hacemos alusión a la  “corriente del pensamiento económico surgida en el período de descomposición del feudalismo y de emergencia del capitalismo, la cima de su desarrollo puede ubicarse en la primera mitad del siglo XVII, aunque su aparición se remonta a los siglos XV y XVI, en Europa Occidental.”[5]

       El mercantilismo se expresó en todas las diferentes dimensiones ya sea político, económico e ideológico pues es sabido que en cuanto a lo político y económico fue aplicado el monopolio comercial entre la metrópoli y la colonia o virreinato en el caso de América y España. Asegurándose de esta manera el incremento de ingresos y manofacturas.

        “El sistema mercantil que aplico estuvo signado por un fuerte monopolio comercial. Todas las riquezas de América debían pasar por la metrópolis y España, a su vez, debía ser la única que le suministrara productos de Europa. Para fomentar esto se prohibió en el Nuevo Continente toda industria y cultivo que significasen competencia para la corona e incluso se abolió toda posibilidad de comercio entre colonias. El intercambio entre estas se realizaba en las ferias que España estipulaba en Portobelo y Panamá.”[6]   

Finalmente, Rojas Rojas Jorge nos da una clara visión de lo que fueron las distintas corrientes de pensamiento mercantilista y como fueron evolucionando hasta nuestros días.

 Las diferentes escuelas fueron:

Los autores Escolásticos: su interés principal no fue la economía, pero escribieron sobre el

justiprecio y contra la usura durante la Edad Media. Santo Tomás publicó su Summa

Theologica en el siglo XIII.

- Los Mercantilistas : tal vez la literatura inglesa del siglo XVII sea la más representativa.

Thomas Mun escribió England’s Treasure by Forraign Trade en 1628.

- Los Fisiócratas : criticaron a los mercantilistas, advocando el laissez-faire y el libre comercio. Quesnay publicó su Tableau Économique en 1758.

Los Clásicos: el interés propio, la libre competencia (laissez-faire) y la “mano invisible”. A.

Smith: La Riqueza de las Naciones (1776). D. Ricardo: Principios de Economía Política

(1817-1821, 3 ediciones). T. Malthus (en 1820) y J.S. Mill (en 1848) también publicaron sus

propios Principios. J.B. Say publicó su Traité d’economie polítique en 1803.

- Karl Marx: la teoría del valor trabajo y la plusvalía. El Capital (1867-1894, 3 vol.)

- Los Neoclásicos: escuela marginalista. Marshall: Principios de Economía (1890-1920, 8

ediciones)

- J.M. Keynes: da origen a la teoría macroeconómica y rechaza la Ley de Say. La Teoría General (1936)”[7]

            Como podemos apreciar en base a las diferentes posturas de pensamiento, es licito afirmar que el llamado mercantilismo careció de homogeneidad, es decir que, si bien se tuvieron como base tres premisas bien definidas, explicadas anteriormente, en la práctica cada país empleó diferentes métodos según su realidad y esto fue mutando a través del tiempo.

            El declive de este fenómeno se observó en los años finales del s. XVIII y los albores del XIX. El germen de este desenlace se observa en las nuevas visiones económicas más cercanas al liberalismo, cuyos fundamentos serán aplicados en materia comercial y económicas en s.XIX por Adam Smith.

 

Conclusión

            Hemos realizado un breve recorrido por algunos de los aspectos más esenciales del período histórico conocido como Edad Moderna. La misma presenta sucesos que son claves para comprender la realidad actual donde se desarrolla nuestro tiempo ya que gran parte de los planteamientos que se encuentra en boga en nuestros días, tanto para bien como para mal, encuentran su germen en dicha época.

            Debemos entender que cada proceso histórico, cada período encuentra su principio en el final del otro y que los tiempos históricos no son tajantes sino complementarios y resultado de los diversos acontecimientos anteriores.

 


Bibliografía

https://www.zonaeconomica.com/el-mercantilismo#:~:text=El%20mercantilismo%20es%20una%20corriente,y%20XVI%2C%20en%20Europa%20Occidental. [2 de octubre 2020]

JOSEP María. La religión de los pobres. Europa en los siglos XVI-XIX y la formación del catolicismo moderno. Hispania Sacra, 1994, vol. 46, no 94

LOCKE, John, Carta sobre la tolerancia, Buenos Aires: Gradifco, 2007.

Módulo II. El incipiente capitalismo. UCALP. 2020

Rojas, Rojas Jorge, El mercantilismo, Pontificia Universidad Católica del Perú: 2004.

SAENZ Alfredo. La nave y las tempestades. La Reforma Protestante. Ed Gladius. Año 2005

TANACS. Erika. El concilio de Trento e Hiberoamerica: la problemática de su falta de representación Fronteras de la Historia, núm. 7, anual, 2002

QUINTANA FUENTES Enrique. De los orígenes al mercantilismo, Galaxia Gutenberg, España 1.999.


[1] https://encolombia.com/educacion-cultura/arte-cultura/historiadelarte/el-renacimiento/  [15 de agosto 2020]

[2] TANACS. Erika. El concilio de Trento e Hiberoamerica: la problemática de su falta de representación Fronteras de la Historia, núm. 7, anual, 2002

[3] LOCKE, John, Carta sobre la tolerancia, Buenos Aires: Gradifco, 2007. Pág 23, 29, 30

[4] Ibidem. Opc. Cit. Pág 21

[5]https://www.zonaeconomica.com/el-mercantilismo#:~:text=El%20mercantilismo%20es%20una%20corriente,y%20XVI%2C%20en%20Europa%20Occidental. [2 de octubre 2020]

[6]Módulo II. El incipiente capitalismo. UCALP. Pág 3

[7]Rojas, Rojas Jorge, El mercantilismo, Pontificia Universidad Católica del Perú: 2004. Pág 6 



[2] TANACS. Erika. El concilio de Trento e Hiberoamerica: la problemática de su falta de representación Fronteras de la Historia, núm. 7, anual, 2002

[3] LOCKE, John, Carta sobre la tolerancia, Buenos Aires: Gradifco, 2007. Pág 23, 29, 30

[4] Ibidem. Opc. Cit. Pág 21

[6]Módulo II. El incipiente capitalismo. UCALP. Pág 3

[7]Rojas, Rojas Jorge, El mercantilismo, Pontificia Universidad Católica del Perú: 2004. Pág 6 


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