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La Bilbia como documento histórico

     



Por: Lic. Sergio D´Onofrio

   

    La Biblia es sin dudas uno de los libros más antiguos y leídos de la historia, en ella se relata la historia misma del origen y salvación del género humano. Su estructura consiste en un total de 66 libros los cuales están ordenados en el Antiguo Testamento  y Nuevo Testamento. 

     Su lectura sin embargo no es para tomarla a la ligera, se necesita comprender su lenguaje simbólico para no cometer interpretaciones erróneas a la hora de sumergirse en ella. 

     La Sagradas Escrituras son junto con el Magisterio de la Iglesia y la Tradición las fuentes de revelación por medio de las cuales Dios se manifiesta en la vida de la humanidad. La biblia es también una fuente histórica de la cual se pueden encontrar infinidad de argumentos para demostrar la valides empírica de la obra de Dios en la historia.

    Esta es cuestión muy amplia, pero a la vez muy interesante y es motivo de gran cantidad de estudios y posturas diversas al respecto. Lógicamente es imposible comprender al 100% la voluntad divina, mas solo podemos dilucidar ciertos “haz de luz” que Dios nos revela y nos abre la inteligencia para que podamos acercarnos un poco a la contemplación de sus misterios.

            Ciertamente que todo responde al plan divino de Dios para redimir al género humano después de la desobediencia de nuestros primeros padres. Pero para eso Dios debía intervenir en la historia misma de la humanidad, pues debido a la gravedad de la falta cometida por Adán y Eva, sumado a nuestra naturaleza caída no se correspondía con la naturaleza de Dios, no podría un simple y corriente hombre pagar tal deuda. Fue necesario que alguien de la misma naturaleza divina de Dios y a su vez compartiera la misma naturaleza del Hombre (ya que fue un Hombre quien ofendió a Dios) quien cargara sobre sí los pecados y la deuda impagable para un simple mortal y ofreciera como sacrificio su vida.

            Si bien Dios en el Génesis después de la ofensa original que nos cierra las puertas del paraíso terrenal y eterno promete un salvador, no da en ese momento indicios de un pueblo en particular. Esto puede entenderse en cuanto a que en ese momento solo eran dos los humanos que habitaren (Adán y Eva). Posteriormente el Padre Eterno elegirá en su divina voluntad a un pueblo en particular, éste es el pueblo judío, donde por medio de los profetas mostrará su amor misericordioso y paternal, librándolos de la esclavitud y llevándolos hacia la tierra prometida.

            Hemos intentado explicar en breves palabras la predilección de Dios sobre un pueblo en particular, como dijimos anteriormente, la inclinación del Padre Celestial por el pueblo judío en particular, de donde decidió encarnarse su hijo único y Señor nuestro Jesucristo, queda a merced de su divina voluntad. Pero lo que sí podemos dilucidar con nuestra corta inteligencia y lógicamente basados en los estudios históricos y filosóficos realizados por los Santos y diversos pensadores, historiadores y científicos, es el porque Dios decide un tiempo y lugar determinado para encarnarse e intervenir en la historia.

            Debemos tener en cuenta que, durante toda la primera etapa del pueblo judío, es decir el Antiguo Testamento, estos atraviesan una época de “transición y fundación” en cuanto al linaje y políticamente hablando, desde Noé y sus hijos (Sem, Cam y Jafet) desde donde a partir de Sem se producirá la genealogía semítica, donde Dios elegirá a Abraham y le prometerá una descendencia exuberante.  

“Mira hacia el cielo y, si puedes, cuenta las estrellas". Y añadió: "Así será tu descendencia".[1]

            A partir de Abraham podemos establecer el inicio del pueblo de Israel, pero también encontramos el surgimiento de otro pueblo, que se convertirá en el acérrimo enemigo del cristianismo y partidarios del Islam, religión a la cual muchos santos han llamado “La última gran herejía”, nos referimos al pueblo árabe, cuya estirpe parte de los Ismaelitas, hijos de Ismael (fruto de la relación entre Abraham y la esclava Agar).   

            Con el nacimiento de Isaac (el hijo prometido por Dios a Abraham) se sucederán posteriormente el nacimiento de Jacob y de él sus doce hijos (Judá, Rubén, Gad, Aser, Neftalí, Manasés, Simeón, Leví, Isacar, Zabulón, José y Benjamín.) darán forma a las doce tribus de Israel. Sabemos por revelación de Dios que desde Belén (perteneciente a la zona de la tribu de Judá) nacerá nuestro Señor Jesucristo.

            “Mas tú, Belén Efratá, aunque eres la menor entre las familias de Judá, de ti me ha de salir aquel que ha de dominar en Israel, y cuyos orígenes son de antigüedad, desde los días de antaño."[2]

            Mas sabemos también que Jesucristo como hijo de Dios nacerá de una Virgen y será rey, por ende, como tal deberá nacer de estirpe real, por esta razón su padre adoptivo será José, descendiente directo de la estirpe del rey David. Esto se plasma en el evangelio de San Lucas cuando describe que el anuncio le será dado “A una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María”[3]

            El ángel Gabriel anuncia a la santísima Virgen:

 “Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin”[4]

            Ciertamente que Dios preparó de forma perfecta el camino para que a partir de un pueblo determinado ha de nacer nuestro Salvador Jesucristo. Paralelamente hemos descripto el lugar donde nuestro Señor eligió nacer, en Belén de Judea y posteriormente María santísima y José vuelven a Nazaret, de ahí el gentilicio acreditado a nuestro Señor “Nazareno”.

            Lo que toca dilucidar a continuación es el tiempo en el cual el Hijo de Dios decidió encarnarse y nacer. Para ello nos situaremos en el contexto histórico y geográfico. Ya sabemos que nuestro Señor nació en la región de Judea, es decir medio oriente. La región de Judea pidió ser al imperio romano ser anexada a este ya sea por motivos de seguridad y políticos, recordemos que el imperio gobernante en esta época es nada más y nada menos que Roma, por lo tanto, Judea estaba en este momento en particular, bajo el dominio del imperio.

            La tradición y la biblia establecen que Jesús ha de nacer en “La plenitud de los tiempos”, esto desde el punto de vista histórico nos remonta necesariamente a la época de la denominada “Pax Romana” cuyo período corresponde al gobierno total del primer emperador romano Octavio Augusto. Decimos gobierno total o pleno ya que a partir del año 32 a.C. Octavio vence a su adversario Marco Antonio y su amante Cleopatra en la Batalla de Actium obteniendo el control total del Imperio. Anteriormente en el 40 a.C el imperio estaba dividido en un Triunvirato, cuya gobernación recaía en Octavio (Europa), Lépido (norte de África) y Marco Antonio (la parte Oriental del imperio).   

              Con el gobierno de Octavio Augusto se comienza una época de esplendor y apogeo económico, donde se logra una gran expansión política y pacificación de las fronteras, logrando así el control de los pueblos revoltosos como los Partos en el actual Irán, Francos en la Galia (Francia) y los Germanos (Alemania). La administración económica y política de Octavio llevará a un esplendor sin igual, donde incluso por primera y única vez en la historia de Roma, se cerrarán las puertas del templo al dios Jano, esto es un dato muy significativo ya que cuando dicho templo estaba abierto, simbolizaba que en algún lugar del imperio había guerra.[5]  

Teniendo en cuenta de que el entonces “Mundo Conocido” , constituía todo el territorio conquistado por Roma y sus zonas aledañas descubiertas, se encontraba atravesado por un periodo de paz y esplendor político y económico; podemos afirmar sin lugar a dudas que nos situamos en la “Plenitud de los tiempos”. Dicho esplendor motivó la orden del emperador de establecer un censo para dilucidar cuanta población poseía el imperio. Toda familia debía empadronarse en la ciudad paterna, por ende, José y María debieron caminar 170km de Nazaret ubicada en el norte de Palestina hasta la ciudad de Belén al sur.       

            
            Eh aquí la explicación histórica del porque Dios decidió encarnarse y nacer en un tiempo y lugar determinado, la Pax Romana lograda bajo el gobierno de Octavio Augusto, sumado a la preparación del pueblo judío a través de los profetas como instrumento de Dios, brindaron el escenario perfecto para la llegada del mesías. Es en éste tiempo y no otro donde Dios había establecido que debía nacer su hijo amado, es el pueblo judío el que fue elegio para recibir al salvador y será el mismo pueblo judío quien lo rechazará y crucificará (históricamente hablando ya que sabemos que Cristo cargó con todos los pecados de la humanidad)

La Biblia contiene tres estilos narrativos bien diferenciados entre sí, los cuales son:

Narrativo: donde se nos presentan los acontecimientos más centrales de la historia de la salvación y origen del mundo, esto nos hace entrar en contacto con nosotros mismos, nos pone frente a nuestra realidad de criaturas que fuimos hechos con amor de Dios y de manera desinteresada, así mimo nos muestran las pruebas que se debieron afrontar en ese tiempo determinado, la intención es realizar también en nosotros ese paralelismo y afrontarlos confiados en la voluntad divina de Dios Padre.

            Poético: La poesía nos permite ingresar en el relato bíblico desde un punto diferente al narrativo y discursivo, los poemas juegan mucho con las emociones y estimulan la imaginación. El lenguaje poético nos permite salir de nuestra zona de confort y aventurarnos a ingresar a nuevos terrenos.

En la Biblia, el lenguaje poético se manifiesta en los Salmos, Cantares y en los libros de la Sabiduría.

Discursivo:  Este estilo de narrativa nos obliga a pensar de manera lógica, brindándonos además las herramientas para mantener un comportamiento acorde a los mandamientos de Dios.  

 

La gran variedad de géneros utilizados en la biblia se fundamenta en la variedad de personas que intervinieron en los diferentes escritos, recordemos que los apóstoles en el caso del Nuevo Testamento tienen cada uno una perspectiva diferente a la hora de plasmar lo vivido junto a nuestro Señor, pero a su vez, nos ayudan a comprender el arco narrativo general que se encuentra en toda la Biblia, Antiguo y Nuevo testamento ya que si bien la narrativa de cada uno es diferente, el mensaje y el hecho permanecen inmutables.

Dios se revela constantemente a los seres humanos como Padre misericordioso, justo y providente. Pero era de suma necesidad que se manifestara y se revelara a lo largo de una historia para que las personas no olvidaran cual fue su inicio, su creación y que a si bien la humanidad se aparta constantemente del camino, Dios siempre les enviará la guía necesaria para volver como el hijo pródigo.

            Era de vital importancia de que Dios se hiciese presente en los textos de diversos autores para que quede constancia de su continuo e incansable labor y escogió manifestarse en escritos de varios autores ya que no para el Hombre no basta con solo la calidad sino también la cantidad, no es lo mismo lo expuesto por un solo hombre a que lo mencionen 12,15 o 30.  

            Dios desde el principio de la creación nos ama con un amor infinito, con un amor paciente, libre y misericordioso. Nos busca y nos espera para que gocemos de su amor para toda la eternidad.

         En cuanto a las ventajas y desventajas de las diversas tradiciones Cristianas, incluyendo las diferencias en el canon de la Biblia es que a medida que fueron diversificándose nunca se cambió el sujeto ni el mensaje en cuanto al sentido salvífico pero desgraciadamente cada sector se queda con una parte de la Biblia o una parte de la tradición.

          La narrativa de la Biblia aún no termina, permanece hasta nuestros días pues si bien nos encontramos en la segunda etapa, es decir, el Nuevo Testamento, estamos también en los llamados “últimos tiempos”, donde está mas cerca que nunca la “segunda venida de Cristo” ya no como un humilde cordero, sino como un rey eterno, que juzgará a las naciones. Cabe destacar la frase de E.H. Looney cuando dice

El siglo I esperaba un león, pero recibió un cordero. El siglo XXI espera un cordero, pero es un león el que viene en camino"

Lo que nos separa de los antiguos cristianos es que ellos tuvieron la ventaja de tener a Cristo caminando entre ellos, hablándoles, compartiendo con ellos, lo vieron hacer milagros, escucharon su voz. Recibieron las enseñanzas de forma directa de Él.  Nosotros lo tenemos también en cuerpo y sangre en la eucaristía, pero no lo vemos con los ojos humanos, a nosotros Cristo se nos ha sido manifestado por medio de los apóstoles y sus sucesores.

Aún así tenemos una ventaja única, Cristo mismo se hace presente por medio de la Santa Eucaristía, lo encontramos en la santa misa, tenemos la posibilidad de aprovecharlo y visitarlo en la capilla de adoración, recurriendo a la oración en nuestros hogares o donde sea que estemos. Él no se muda, está ahí, esperando por nosotros. Creo que tenemos mucho que aprender de aquellos cristianos que dieron su vida por Cristo, que fueron y son perseguidos por amor a Él, fueron testigos, derramaron y derraman su sangre por Cristo.   

                             

Bibliografía

Biblia de Jerusalén

Dr. Pro OLIVERA RAVASI Javier. Plenitud de los tiempos y los semina Verbi. Historia de la Iglesia (Clase 1/8) https://www.youtube.com/watch?v=qyxreOlD3lg  [4 de Octubre 2020]

Material y links aportados por el Dr Ignacio Sergio Leonetti. UCALP. 2020

[1]Génesis 15. Biblia de Jerusalén

[2]Miqueas 5. Biblia de Jerusalén

[3]Lucas 1,27. Biblia de Jerusalén

[4]Lucas 1, 31-33. Biblia de Jerusalén

[5]Dr. Pro OLIVERA RAVASI Javier. Plenitud de los tiempos y los semina Verbi. Historia de la Iglesia (Clase 1/8) https://www.youtube.com/watch?v=qyxreOlD3lg  [4 de Octubre 2020]

 

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