La familia es un tema muy tomada a la ligera
en nuestro tiempo, es menester recordar que la familia es la célula básica de la
sociedad, en ella el ser humano se desarrolla y logra adquirir los primeros
conceptos y conocimientos que le permitirán desenvolverse en la sociedad.
La familia
cumple entonces un rol fundamental no solo como protectora de la integridad y
seguridad del niño, sino también como educadora. En la carta encíclica Divinis
Ilius Magistri se establece a la misma como la que primeramente tiene el
derecho y el deber de brindar y elegir la educación más adecuada a sus hijos.
La familia también es un derecho universal
que posee todo niño, "El niño, para el pleno desarrollo de su
personalidad, necesita
amor y comprensión. Siempre que sea posible, deberá crecer al
amparo y bajo la responsabilidad de sus padres y, en todo caso, en un ambiente
de afecto y de seguridad
moral y material. La sociedad y las autoridades públicas
tendrán la obligación de cuidar especialmente a los niños sin familia o que
carezcan de medios adecuados de subsistencia".[1]
Aristóteles
establece que el ser humano es un ser social por naturaleza, incluso nuestra misma
existencia es producto de una unión social, por ende la familia es totalmente
necesaria y en el mundo actual donde todo gira en torno a la deformación
y ataque hacia la familia, es imperativo defenderla y mantener el
modelo único que Dios instituyo como tal.
Es común en nuestros
días observar gran cantidad de casos de familias reensambladas e incluso donde hoy
en día se intenta mostrar como modelo familiar a una pareja del mismo sexo a cargo
de menores. Esto es un claro ataque en contra del modelo único querido por Dios,
la sociedad actual a casi normalizado esta visión, decimos “casi” ya que se a
observado una enorme y profunda resistencia en rechazo a la deformación biológica
y anti natural que es la homosexualidad y peor su intento de tener a su cargo a
niños. Esta resistencia no es algo descabellado ni mucho menos fanatismo,
como los medios de comunicación y los lobis se empecinan en mostrar; sino que
parte de la misma naturaleza humana y en defensa de los derechos universales de
los niños.
La
Iglesia a mantenido constantemente una intensa lucha en defensa del modelo único
y tradicional, eso la ha colocado en la mira de aquellos que se mueven según
los criterios del mundo, que inconsciente y en caso de los dirigentes de estos
movimientos, conscientemente preparan la llegada del anticristo. Intentando que
la mayor cantidad de almas se despeguen de la gracia divina y por ende de su
salvación.
En sus
apariciones en 1917, nuestra Señora de Fátima reveló muchas profecías con
respecto al final de los tiempos y muchas fueron con respecto al ataque feroz
contra la familia. Sor Lucía comenta firme y contundentemente cual será el
último y más feróz ataque del demonio:
“El enfrentamiento final entre Dios y Satanás es sobre familia y
vida”[2]
Nuestra Santísima Madre, la Virgen María, no
deja lugar a dudas cuando le reveló esta y muchas otras profecías, estamos en
tiempos de grandes tumultos, y es necesario e imperante mantenernos firmes en
la fe y en la defensa férrea de la familia como modelo único y natural
implantado y querido por Dios.
Prof. Sergio D' Onofrio
Bibliografía
Encíclica
Divinis Ilius Magistri. Pio XI
Catecismo de la
Iglesia Católica
Carta de Sor Lucía al Cardenal
Carlos Farrama
La Convención Internacional
de Derechos del Niño
[1]
La Convención Internacional de Derechos del Niño
[2]
Carta de Sor Lucía al Cardenal Carlos Farrama
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