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San Juan Pablo Magno



Por: Lic. Sergio D´Onofrio


Hace pocos días se conmemoraron cien años del natalicio de uno de los Papas y Santos mas grande de nuestros tiempos. Estamos hablando precisamente de Karol Józef Wojtyła también conocido como San Juan Pablo II.

 La figura de este Sumo Pontífice se ve caracterizada por el sacrificio y la inmolación ante la cruz de Cristo en defensa de su santa Iglesia y su tradición. Karol Wojtyła es conocido como el Papa que derrotó al comunismo y fundamentalmente como el Papa de la familia y de los jóvenes.

Los invitamos a realizar un recorrido por su historia y obra con el objetivo de acercarnos más a este gran santo que mostró que la santidad es producto del abandono total hacia la divina voluntad de Dios acompañado siempre del regalo mas hermoso que Cristo le dejó a la humanidad que es nada mas y nada menos que su Santísima Madre, la Virgen María.

Karol Józef Wojtyla nació el 18 de mayo de 1920 en el seno de una humilde familia de Cracovia. Como podemos observar su nacimiento se dio en un tiempo de gran convulsión y miedo generalizado por la terminación de la Primera Guerra Mundial y posteriormente será conocido como el período de entre guerras producto de la detonación de la Segunda Guerra mundial. Claramente esto nos da una idea de las enormes dificultades que padeció San Juan Pablo II en su infancia y adolescencia, signado por el dolor y la pérdida de sus seres queridos. “Su madre falleció en 1929. Su hermano mayor Edmund (médico) murió en 1932 y su padre (suboficial del ejército) en 1941. Su hermana Olga murió antes de que naciera él.”[1] Pese a estas pérdidas Karol seguiría adelante con sus estudios y proyectos de convertirse en actor ya que esta fue una de sus grandes pasiones. No debemos olvidar también su gran habilidad para los deportes como la natación, el pedestrismo, alpinismo, y el futbol. Realmente supo aprovechar muy bien los dones que Dios le había otorgado tanto físicos como intelectuales y espirituales. Sin embargo, su realidad se vio afectada durante la Segunda Guerra Mundial cuando los nazis intervinieron la Universidad provocando su cierre inmediato en 1939.Obligando a Wojtyla a buscar opciones de trabajo para evitar ser enviado hacia Alemania donde sin duda compadecería en los campos de concentración.

A su vez realizó una intensa obra de caridad bajo la clandestinidad como integrante de un grupo de católicos conocido como UNIA la cual tenía como fin la ayuda hacia los judíos contra la violencia desatada por los nazis.

 

Su vocación al servicio de Dios

A la edad de 22 año sintió el llamado de Dios para formar parte de sus elegidos para formarse y ser investido del sacramento del Orden Sagrado. Sin embargo, como ya mencionamos anteriormente las condiciones no eran las mejores.

Corría el año 1942, nuestro querido Juan Pablo II inició su formación en el seminario clandestino de Cracovia, seminario que estaba dirigido entonces por el Arzobispo de Cracovia, Cardenal Adam Stefan Sapieha. Donde demostró gran habilidad y brillantes en el estudio de la filosofía y Teología. En 1945 continuó sus estudios en el seminario mayor de Cracovia hasta finalizar los mismos y ser ordenado sacerdote en 1946. Dos años mas tarde obtuvo su doctorado en Teología.

“En 1948 volvió a Polonia, y fue vicario en diversas parroquias de Cracovia y capellán de los universitarios hasta 1951, cuando reanudó sus estudios filosóficos y teológicos. En 1953 presentó en la Universidad Católica de Lublin una tesis titulada "Valoración de la posibilidad de fundar una ética católica sobre la base del sistema ético de Max Scheler". Después pasó a ser profesor de Teología Moral y Etica Social en el seminario mayor de Cracovia y en la facultad de Teología de Lublin.” [2] Progresivamente iría ascendiendo en los cargos episcopales:

·         El 4 de julio de 1958 fue nombrado por Pío XII Obispo titular de Olmi y Auxiliar de Cracovia

·         El 13 de enero de 1964 fue nombrado Arzobispo de Cracovia por Pablo VI,

·         El 26 de junio de 1967 fue ordenado Cardenal por el mismo Santo Padre.

 

Finalmente ocuparía en solio de San Pedro el 16 de octubre de 1978 a la edad de cincuenta y ocho años. Su pontificado estuvo caracterizado por un espíritu misionero que lo llamaba a dirigirse a todos los lugares donde fuese necesaria la palabra de Dios. A su ve dejó bien marcada la necesidad de fortalecer la fe basándola en la tradición y firmeza de la sana doctrina como antídoto contra las nuevas tendencias progresistas y de la teología de la liberación las cuales le propiciaron de varios enemigos dentro y fuera de la misma iglesia.

  Estos enemigos tanto internos como externos tramaron una larga serie de trampas contra su persona contando entre ellos atentados que casi le cuestan la vida. El mas famoso fue el ocurrido el 13 de mayo de 1981 donde una bala que se dirigía directamente hacia su cabeza fue desviada gracias a la dulce y tierna protección de la Santísima Madre de nuestro Señor Jesucristo. Posteriormente de producida su recuperación se encontró junto a su agresor y le dio su perdón.

 

La consagración del mundo al Inmaculado Corazón de María

           

            La consagración del mundo al inmaculado corazón de María realizada por Juan Pablo II responde a las directrices realizadas por nada mas y nada menos que de nuestra Señora de Fátima en el Tercer Secreto otorgado por ella misma a sor Lucia el cual debía ser entregado y realizado en el tiempo correspondiente donde según la carta de sor Lucia se establece:

 

            « La tercera parte del secreto se refiere a las palabras de Nuestra Señora: “Si no [Rusia] diseminará sus errores por el mundo, promoviendo guerras y persecuciones a la Iglesia. Los buenos serán martirizados, el Santo Padre sufrirá mucho, varias naciones serán destruidas” (13-VII-1917).

La tercera parte es una revelación simbólica, que se refiere a esta parte del Mensaje, condicionado al hecho de que aceptemos o no lo que el mismo Mensaje pide: “si aceptaren mis peticiones, la Rusia se convertirá y tendrán paz; si no, diseminará sus errores por el mundo, etc.”.

Desde el momento en que no hemos tenido en cuenta este llamamiento del Mensaje, constatamos que se ha cumplido, Rusia ha invadido el mundo con sus errores. Y, aunque no constatamos aún la consumación completa del final de esta profecía, vemos que nos encaminamos poco a poco hacia ella a grandes pasos. Si no renunciamos al camino del pecado, del odio, de la venganza, de la injusticia violando los derechos de la persona humana, de inmoralidad y de violencia, etc.

Y no digamos que de este modo es Dios que nos castiga; al contrario, son los hombres que por sí mismos se preparan el castigo. Dios nos advierte con premura y nos llama al buen camino, respetando la libertad que nos ha dado; por eso los hombres son responsables»[3]

 

            Su santidad reconoció perfectamente la advertencia que Dios le estaba dando al mundo por medio de su Santísima Madre y San Juan Pablo II realizo la consagración del mundo en un acto multitudinario en total comunión con el resto de los obispos implorando la protección de Nuestra Señora para con la humanidad.   

  

 

Consagración requerida por
Nuestra Señora de Fátima
(por la conversión de Rusia 
y la era de la paz)

Consagración a la Santísima Virgen
Hecha por el Papa Juan Pablo II y 
los Obispos del Mundo
25 de marzo de 1984

“1. "Recurrimos a tu protección, Oh! Santa Madre de Dios."

Al repetir las palabras de esta antífona, con la cual la Iglesia de Cristo ha orado por siglos, nos vemos hoy ante ti, Madre, en el año Jubilar de la Redención.

Nos encontramos unidos a todos los Pastores de la Iglesia de una manera particular ya que constituimos un solo cuerpo y un solo colegio junto a Pedro.

En el vínculo de esta unión, pronunciamos las palabras de la presente consagración, en las que deseamos incluir, una vez más, las esperanzas y ansiedades del mundo moderno.

Hace cuarenta años y de nuevo, diez años después, su servidor el Papa Pío XII, teniendo ante sus ojos las experiencias dolorosas de la familia humana, consagró y confió al mundo entero a tu Inmaculado Corazón, especialmente a aquellas personas, por las que tienes un amor y preocupación particular, dadas sus circunstancias.

Nosotros también tenemos hoy, a este mundo de individuos y naciones ante nuestros ojos; el mundo del segundo milenio que se acerca ya a su fin, el mundo moderno, nuestro mundo!

La Iglesia, teniendo en cuenta las palabras del Señor: "Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes ....Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo." (Mt 28:19-20), ha dado, en el Concilio Vaticano II, vida fresca al conocimiento de su misión en este mundo.

Por lo tanto, Oh Madre de los individuos y de los pueblos, tu que conoces todos sus sufrimientos y sus esperanzas, tu que tienes el conocimiento materno de todas las batallas entre el bien y el mal, entre la luz y la oscuridad, que afligen al mundo moderno, acepta nuestra súplica que dirigimos a tu Corazón movidos por el Espíritu Santo.
Abraza, con el amor de Madre y de Sierva del Señor, este nuestro mundo, que confiamos y consagramos a ti, ya que estamos llenos de preocupación por el destino terrenal y eterno de los individuos y de los pueblos.

De un modo especial te confiamos y consagramos a ti a aquellos individuos y naciones que particularmente necesitan ser confiados y consagrados.

"Recurrimos a tu protección, santa Madre de Dios ": no desprecies nuestras peticiones en momentos de necesidad.

2. Contémplanos, mientras nos encontrarnos frente a ti, Madre de Cristo, ante tu Inmaculado Corazón. Deseamos, junto a toda la Iglesia, unirnos a la consagración, que por amor a nosotros, tu Hijo hizo al Padre: " Y por ellos me santifico a mí mismo, para que ellos también sean santificados en la verdad ". (Jn 17 : 19). Deseamos unirnos a nuestro Redentor, en esta Su consagración para el mundo y para la raza humana, la cual, en su Corazón divino, tiene el poder para obtener el perdón y asegurar la reparación.

El poder de esta consagración, dura por toda la eternidad y abarca a todos los individuos, personas y naciones. Esta supera toda maldad que el espíritu de maldad pueda provocar, y que de hecho ha provocado en nuestro tiempo, en el corazón del hombre y de su historia.

¡Cuan profundamente sentimos la necesidad de consagrar la humanidad y al mundo - nuestro mundo moderno- en unión con el mismo Cristo! Ya que la obra redentora de Cristo, debe ser compartida en el mundo por medio de la Iglesia.

El presente año de la Redención nos muestra esto: el Jubileo especial de toda la Iglesia.

¡Seas tu bendita, sobre todas las criaturas, tu la Sierva del Señor, quien obedeciste, en su totalidad, el llamado divino!

¡Gracias a ti, estamos totalmente unidos a la consagración redentora de tu Hijo!

¡Madre de la Iglesia! ¡Ilumina al Pueblo de Dios en el camino de la fe, esperanza y amor! Ayúdanos a vivir en la verdad de la consagración de Cristo por toda la familia humana el mundo moderno.

3. Al encomendarte a ti, o Madre, al mundo, a todos los individuos y personas, también te encomendamos esta consagración del mundo, colocándola en tu Corazón maternal.

¡Corazón Inmaculado! Ayúdanos a vencer las amenazas del maligno, que tan fácilmente se siembran en los corazones de la gente de hoy, y cuyos efectos inconmensurables ya hacen peso sobre nuestro mundo moderno y parecen bloquear nuestros caminos hacia el futuro!

De la escasez y de la guerra, libéranos.

De la guerra nuclear, de la incalculable auto destrucción, de todo tipo de guerra, libéranos.

De los pecados en contra de la vida del hombre desde su inicio, libéranos.

Del odio y de la reducción de la dignidad de los hijos de Dios, libéranos.

De toda clase de injusticia, en la vida de la sociedad, nacional e internacional, libéranos.

De la disposición a incumplir los mandamientos de Dios, libéranos.

De los intentos de sofocar en los corazones humanos, la verdad de Dios, libéranos.

De la perdida del sentido del bien y el mal, libéranos.

De los pecados contra el Espíritu Santo, libéranos, libéranos.

Acepta o Madre de Cristo, este grito cargado con los sufrimientos de todos los seres humanos, cargado con los sufrimientos de la sociedad.

Ayúdanos con el poder del Espíritu Santo, a vencer todo pecado: el pecado individual y el " pecado del mundo ", todas las manifestaciones del pecado.

Permite que sea revelado, una vez más en la historia del mundo, el infinito poder salvador de la Redención: ¡El poder del Amor misericordioso! ¡Que ponga un alto a la maldad! ¡Que transforme las conciencias! ¡Que tu Inmaculado Corazón revele para todos la luz de la Esperanza!”[4]

Juan Pablo II

 

Sin duda Fátima es uno de los misterios que más ha llamado la atención de la humanidad y nos llama a la conversión profunda realizando en palabras de Nuestra Señora: “Oración y Penitencia” en la búsqueda del perdón y la misericordia de Dios.

    

 

La enfermedad y su inmolación espiritual para mayor gloria de Dios  

 

Pese a ser una joven de buena salud y un gran estado físico, su Santidad experimentó a finales de su vida una mal que afecta su sistema nervioso provocándole temblores y estos son progresivos hasta llegar a un punto crítico. Esta enfermedad se la conoce como mal de Parkinson   

Sin embargo muchos documentos demuestran que el Papa padecía de diversos males anteriores al Parkinson que debilitaban cada vez más su salud.

“En 1992 se le manifestó un tumor en el colon, por lo que fue intervenido el 12 de julio en el Gemelli; una operación de cuatro horas en la que le fue extraído un tumor benigno, le fue extirpada la vesícula biliar y detectados cálculos biliares. Un año después, el 11 de noviembre de 1993, en el transcurso de una audiencia, sufrió una caída que le produjo una luxación del hombro derecho con fractura de la glena, y ese mismo día fue intervenido quirúrgicamente. Tres días más tarde, en su primera aparición pública tras el accidente, tuvo que bendecir a los presentes en la plaza de San Pedro con la mano izquierda.[…] Los problemas de salud del Papa no han cesado en estos años, y de hecho el 29 de abril de 1994 el Papa volvió a ser ingresado por quinta vez en el mismo hospital, ya que se fracturó el fémur derecho en una caída. Juan Pablo II ha sido el primer Papa internado en un hospital fuera del Vaticano, a diferencia de otros pontífices como Juan XXIII y Pablo VI, que también fueron sometidos a intervenciones quirúrgicas, pero para quienes se instalaron quirófanos en la sede apostólica. El 25 de diciembre de 1995 el Papa no pudo concluir la lectura del mensaje de Navidad a causa de un proceso gripal que el impidió, asimismo, oficiar la misa de la mañana de Pascua”[5]


Podríamos continuar por bastante tiempo enumerando las diversas dolencias físicas que sufrió el Santo Padre donde sus fuerzas físicas iban debilitándose progresivamente pero no así su espíritu. Juan Pablo II supo poner toda sus fuerzas y esperanzas en Dios, ofreciendo todas su dolencias ante el pie de la cruz, hallando cada vez más gracia ante Dios y creciendo en santidad.

Finalmente su Santidad  falleció el 2 de abril de 2005 en la víspera del Domingo de la Misericordia, una fiesta establecida durante su pontificado. Producto de un “choque séptico con colapso cardiocirculatorio debido a una infección, ya detectada, de vías urinarias”. Así lo detalló un exhaustivo informe sobre su agonía y muerte realizado en el Vaticano.[6] Así mismo su comida era suministrada mediante un tubo colocado por la via nazal ya que el Parkinson le daño severamente la capacidad de ingerir alimentos por los métodos normales.

Sus enormes sufrimientos le valieron para crecer en gracia y en virtud siendo un claro ejemplo para sus ovejas que si bien veíamos como el pastor se retiraba hacia la presencia de Dios no podíamos dejar de pensar que Dios nos dio un ejemplo de vida y superación pero sobre todo nos dio un pastor que demostró valentía y coraje para enfrentar todas las adversidades abandonándose a la voluntad y providencia de Dios.

Sus últimas palabras fueron:“Déjame ir a la casa del Padre”.[7]

 

Los Milagros que decretaron su Canonización

A san Juan Pablo II se le reconocen dos milagros los cuales lo llevaron a ocupar los altares de los santos de Dios

Los milagros por los cuales se lo canonizó el 27 de abril de 2014 fueron: (Texto extraídos de Catholic.net)

“Primer milagro: La beatificación

El milagro que permitió la beatificación del Papa Juan Pablo II fue la sanación de la religiosa francesa Marie Simon-Pierre, que padecía de Párkinson, la enfermedad que durante años padeció el extinto Pontífice.

Marie Simon PierreMarie Simon-Pierre, nacida en 1962, perteneciente a la congregación de las Hermanitas de las Maternidades Católicas, trabaja actualmente en la maternidad de la Sainte Félicité, en el distrito número 15 de París.

A Marie-Simon-Pierre le diagnosticaron los trastornos neurológicos propios de esa enfermedad en junio de 2001. A continuación, podrán leer el testimonio de la Hermana Marie Simon Pierre:

 

"Estaba enferma de Parkinson. Me fue diagnosticado en junio de 2001. La enfermedad me había afectado toda la parte derecha del cuerpo, causándome una serie de dificultades. Después de tres años, de una fase inicial lentamente progresiva de la enfermedad, se agravaron los síntomas, se acentuaron los temblores, la rigidez, los dolores y el insomnio.

Desde el 2 de abril de 2005, comencé a empeorar de semana en semana, me debilitaba de día en día, no conseguía escribir -soy zurda- y, si intentaba hacerlo, lo que escribía era difícilmente legible. No conseguía conducir el coche, salvo en trayectos muy breves, porque mi pierna izquierda se bloqueaba a veces durante mucho rato y la rigidez no me permitía conducir. Para desarrollar mi trabajo en el ámbito hospitalario necesitaba además siempre mucho tiempo. Estaba totalmente exhausta. Después del diagnóstico, me era difícil ver a Juan Pablo II en televisión; pero me sentía muy cercana a él en la oración, y sabía que podía entender lo que yo vivía. Admiraba su fuerza y su coraje, que me estimulaban a no rendirme y a amar este sufrimiento. Sólo el amor habría dado sentido a todo ello. Era una lucha cotidiana, pero mi único deseo era vivirla en la fe, y de aceptar con amor la voluntad del Padre.

 

Era la Pascua de 2005, y deseaba ver a nuestro Santo Padre en televisión, porque en mi interior sabía que sería la última vez que iba a poder hacerlo. Durante toda la mañana me preparé para aquel encuentro (él me mostraba lo que yo sería al cabo de algunos años). Era muy duro para mí, que era tan joven... Pero un imprevisto no me permitió verlo.

 

La tarde del 2 de abril de 2005, estaba reunida toda la comunidad para participar en la vigilia de oración en la plaza de San Pedro, transmitida en directo por la televisión francesa de la diócesis de Paría (KTO), cuando fue anunciada la muerte de Juan Pablo II se me vino el mundo encima. Había perdido al amigo que me entendía y que me daba la fuerza de seguir adelante.

 

Notaba en aquellos días la sensación de un gran vacío, pero sentía la certeza de su presencia viva. El 13 de mayo, fiesta de Nuestra Señora de Fátima, el Papa Benedicto XVI anunció oficialmente el comienzo de la Causa de beatificación y canonización del Siervo de Dios Juan Pablo II. A partir del 14 de mayo, las hermanas de todas las comunidades francesas y africanas de mi Congregación pidieron la intercesión de Juan Pablo II para mi curación. Rezaron incansablemente, hasta que llegó la noticia de la curación. Yo estaba de vacaciones en aquellos días. El 26 de mayo, concluido el tiempo de descanso, volví a la comunidad, totalmente exhausta a causa de la enfermedad. Si crees, verás la gloria de Dios: éste es el fragmento del evangelio de San Juan que me acompaña desde el 14 de mayo. Y el 1 de junio: "¡No puedo más! Debo luchar para mantenerme en pie y andar". El 2 de junio, por la tarde, fui a hablar con mi Superiora, para pedirle que me dispensara de toda actividad laboral. Me pidió que resistiese todavía un poco, hasta el regreso de Lourdes, en agosto, y añadió: "Juan Pablo II no ha dicho todavía la última palabra".

Seguramente, él estaba presente en aquel encuentro, que se desarrolló en la paz y en la serenidad. Luego, la Superiora me dio una estilográfica y me pidió que escribiera "Juan Pablo II". Eran las 17 horas. A duras penas, escribí "Juan Pablo II". Ante la caligrafía ilegible, permanecimos largo rato en silencio... Y la jornada prosiguió como de costumbre. Tras la oración de la tarde, a las 21 horas, pasé por mi oficina para volver después a mi habitación. Sentí el deseo de coger una estilográfica y escribir, como si alguien me dijera: "Coge tu estilográfica y escribe…". Era entre las 21:30 y 21:45. La caligrafía era claramente legible, ¡sorprendente! Me tendí sobre la cama, estupefacta. Habían pasado exactamente dos meses desde el regreso de Juan Pablo II a la Casa del Padre... Me desperté a las 4:30, sorprendida de haber podido dormir. Me levanté de la cama. Mi cuerpo ya no estaba dolorido, había desaparecido la rigidez e interiormente ya no era la misma. Luego sentí una llamada interior y un fuerte impulso a caminar para ir a rezar ante el Santísimo Sacramento. Bajé a la capilla y permanecí en oración. Sentí una profunda paz y una sensación de bienestar, una experiencia demasiado grande, como un misterio, difícil de explicar con palabras.

 

Después, siempre ante el Santísimo Sacramento, medité los misterios de la luz, de Juan Pablo II. A las 6 de la mañana, salí para unirme a mis hermanas en la capilla, para un momento de oración, seguido de la celebración eucarística. Tenía que recorrer unos 50 metros y, en aquel instante, al caminar, me di cuenta de que mi brazo izquierdo se balanceaba, ya no estaba inmóvil a lo largo del cuerpo. Noté también una ligereza y una agilidad física desconocidas para mí desde hacía mucho tiempo.

 

Durante la celebración eucarística, me sentí colmada de alegría y de paz. Era el 3 de junio, fiesta del Sagrado Corazón de Jesús. Al salir de Misa, estaba segura de que estaba curada... "Mi mano ya no tiembla. Me voy de nuevo a escribir". A mediodía dejé de tomar las medicinas.

 

El 7 de junio, como estaba previsto, fui al neurólogo que me atendía desde hacía 4 años. Se quedó sorprendido, también él, al constatar la imprevista desaparición de todos los síntomas de la enfermedad, a pesar de que había interrumpido el tratamiento cinco días antes de la visita. Al día siguiente, la Superiora General confió a todas nuestras comunidades la acción de gracias, y toda la Congregación inició una novena de gratitud a Juan Pablo II.

He interrumpido todo tipo de tratamiento. He reanudado el trabajo con normalidad, no tengo dificultad alguna para escribir, y conduzco incluso larguísimas distancias. Me parece haber renacido; es una vida nueva, porque nada es como antes. Hoy puedo decir que el amigo que dejó nuestra tierra está ahora muy cercano a mi corazón. Ha hecho crecer en mí el deseo de la adoración del Santísimo Sacramento y el amor por la Eucaristía, que tienen un lugar de privilegio en mi vida de cada día.

Esto que el Señor me ha concedido vivir por intercesión de Juan Pablo II es un gran misterio, difícil de explicar con palabras... Pero nada es imposible para Dios. Realmente es cierto: "Si crees, verás la gloria de Dios".

Se trata del casos más impresionante de curación atribuído al difunto Papa, según declaró en Roma, Monseñor Slawomir Oder, encargado del proceso de canonización.

Segundo milagro: La canonización

"Le pedimos a nuestro Papa Juan Pablo que nos ayudara a pedirle a Dios que me ayudara", expresó Floribeth Mora, la beneficiaria del milagro confirmado por la Santa Sede y que permitió la canonización del Papa polaco.

 

Según informó el diario español La Razón, esta mujer que vive en la localidad de Tres Ríos de Cartago (Costa Rica), "es la protagonista del milagro que llevó a los altares al Papa polaco, Flory -como la llaman sus familiares y amigos- superó un aneurisma cuando ya estaba desahuciada por los médicos".

Todo comenzó el 8 de abril de 2011 al despertar. "Me dio un dolor de cabeza tan fuerte que pensé que me reventaría la cabeza. Le pedí a mi esposo que me llevara al hospital porque me sentía bastante mal. Cuando llegué me encontraba muy mal por los vómitos y el dolor de cabeza", relata Mora en un testimonio escrito por ella misma hace un año, recogido ahora por La Razón y confirmado a este diario por uno de los partícipes del milagro.

 

Aquella vez se le diagnosticó estrés y presión alta. Sin embargo, su estado de salud no mejoraba y tras un posterior análisis en un hospital en San José le dijeron "que tenía un pequeño derrame de sangre en mi cerebro, luego me hicieron un TAC y descubrieron que se trataba de un aneurisma cerebral en el lado derecho". En otro centro, tras varios intentos por cerrar el goteo de sangre que sufría en su cerebro, el equipo médico que la atendió tuvo que desistir al encontrarse la dilatación en un lugar de difícil acceso.

 

Luego de unos días en observación, las limitaciones del sistema sanitario costarricense impidió que fuera operada. "Se cerraban así mis posibilidad de sobrevivir a tan fatal diagnóstico", recuerda Mora, madre de cuatro hijos, abuela de cuatro nietos y esposa de un ex oficial de la Policía.

Le dijeron que le quedaba un mes de vida. Sin embargo, a pesar de la desesperación que en un primer momento tuvieron en su familia, "nos llenamos de mucha fe, pero no puedo negar el miedo tan grande que sentía al ver lo que me estaba sucediendo".

 

Cuando aún no se cumplía un mes, se realizó en la Plaza de San Pedro la beatificación de Juan Pablo II. Aquel 1 de mayo de 2011 Benedicto XVI destacaba de su predecesor: "Durante 23 años pude estar cerca de él y venerar cada vez más su persona. Su profundidad espiritual y la riqueza de sus intuiciones sostenían mi servicio. El ejemplo de su oración siempre me ha impresionado y edificado: él se sumergía en el encuentro con Dios, aun en medio de las múltiples ocupaciones de su ministerio".

 

Mientras, como todos los domingos, la familia de Floribeth acudió a Misa a la parroquia. Acudieron al centro del barrio porque se estaba celebrando una procesión. "En ese momento estaba pasando una carroza con la imagen de Jesús Sacramentado y sentí un frío en el cuerpo. Me bajé del coche y fui hasta allí". Entonces, el sacerdote que acompañaba a la procesión declamaba una oración: "¡Oh, Señor! Hay una sanación".

"Le pedimos a nuestro Papa Juan Pablo que nos ayudara a pedirle a Dios que me ayudara". Y en ese preciso instante, algo empezó a cambiar. "Salí de ese parque con la fe de que yo fui la sanada", expresó.

Días después fue al Santuario de la Virgen de Ujarrás para rezar, consciente de que el templo había recibido un relicario con muestras de sangre del nuevo Beato. "De nuevo, un milagro", apostilla. Sin embargo, cuando llegó ya había terminado la exposición. Sin embargo, el P. Dónald Solano hizo una excepción. "Me la enseñó y la toqué. Seis meses después me hicieron otro examen en el cerebro y me indicaron que el aneurisma había desaparecido para la honra y la gloria de mi Dios", afirmó Floribeth.

 

Según publicó el diario "La Nación" de Costa Rica, el neurocirujano Alejandro Vargas Román, que atendió a Floribeth Mora durante su enfermedad, confirmó que no encontró explicación científica a la desaparición repentina del aneurisma que padecía cuando analizaron exámenes posteriores a aquel 1 de mayo de 2011.

Vargas reveló que funcionarios de la Santa Sede le consultaron sobre los detalles del caso durante la fase diocesana del proceso de canonización. "Médicamente, en teoría, nunca les va a desaparecer un aneurisma a las personas porque es una dilatación. Científicamente yo no le tengo ninguna explicación del por qué desapareció", expresó el médico, que vivió en primera persona lo ocurrido en el hospital Calderón Guardia”[8].

 
              


Bibliografia 



 

Biografía de Juan Pablo II. https://www.aciprensa.com/juanpabloii/biograf.htm  [24 de mayo 2020]

 

Congregación para la Doctrina de la Fe. El Mensaje de Fátima. http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/documents/rc_con_cfaith_doc_20000626_message-fatima_sp.html   [24 de mayo 2020]

https://www.ewtn.com/fatima/spanish/news/consagraci%C3%B3n.htm  [24 de mayo 2020]

Las enfermedades de Juan Pablo II. https://www.libertaddigital.com/suplementos/papajuanpablo/enfermedades.htm  [24 de mayo 2020]

https://www.aciprensa.com/noticias/6-cosas-que-tal-vez-no-sabias-de-la-muerte-de-san-juan-pablo-ii-27145  [24 de mayo 2020]

 

Juan Pablo II, Santo. https://es.catholic.net/op/articulos/53258/juan-pablo-ii-santo.html#modal [24 de mayo 2020]

 



[1] Biografía de Juan Pablo II. https://www.aciprensa.com/juanpabloii/biograf.htm  [24 de mayo 2020]

 

[2] Biografía de Juan Pablo II. https://www.aciprensa.com/juanpabloii/biograf.htm  [24 de mayo 2020]

[3] Congregación para la Doctrina de la Fe. El Mensaje de Fátima. http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/documents/rc_con_cfaith_doc_20000626_message-fatima_sp.html   [24 de mayo 2020]

 

[4] https://www.ewtn.com/fatima/spanish/news/consagraci%C3%B3n.htm  [24 de mayo 2020]

[5]Las enfermedades de Juan Pablo II. https://www.libertaddigital.com/suplementos/papajuanpablo/enfermedades.htm  [24 de mayo 2020]

 

[6]https://www.aciprensa.com/noticias/6-cosas-que-tal-vez-no-sabias-de-la-muerte-de-san-juan-pablo-ii-27145  [24 de mayo 2020]

[7] Ibidem. Opc. Cit.

[8] Juan Pablo II, Santo. https://es.catholic.net/op/articulos/53258/juan-pablo-ii-santo.html#modal [24 de mayo 2020]


Comentarios

  1. Muy buen artículo!! Genial Sergio 💪🏼👏🏻 San Juan Pablo II, es unico, fue una persona extraordinaria con su humildad y caridad, entre otras virtudes.

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    1. Muchas gracias por tu comentario, realmente San Juan Pablo II fue el Papa por autonomacia, su vida y obra es un ejemplo de sacrificio y humildad.

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  Por: Lic. Sergio D´Onofrio   Introducción   En el día viernes 09 de febrero del año 2023, fue publicado en la página de info135. com.ar un artículo escrito por el señor Alfredo Silleta titulado “Escándalo con una secta católica de extrema derecha que opera en Escobar y zona Norte” en el mismo, el autor descarga una serie de acusaciones contra algunas ordenes religiosas tales como La Orden de San Elías, el Instituto del Verbo Encarnado y finalmente el Seminario Diocesano Santa María Madre de Dios. En el presente articulo desmentiremos la serie de injurias realizadas por dicho autor respecto del Seminario Santa María Madre de Dios y del Instituto del Verbo Encarnado (IVE) respecto a las clásicas acusaciones de “excesivo tradicionalismo” y “extremismo ideológico”     Desarrollo En primera instancia es preciso aclarar el posicionamiento del autor respecto de la tradición de la Iglesia y la celebración litúrgica, tildando a aquellos que se guían nad...