Por: Lic. Sergio D´Onofrio
El Combate de San Lorenzo ocurrió el 3 de febrero de 1813, en el convento de San Carlos Borromeo situado en la localidad de San Lorenzo de la actual provincia de Santa Fe, Argentina, en el que las fuerzas independentistas rioplatenses (argentinas) sorprendieron y vencieron a las españolas de la Milicia urbana de Montevideo (realistas).El ejercito patriota estaba comandado por el entonces coronel José de San Martín mientras que el bando realista estaba bajo las órdenes de Antonio de Zabala.
Las fuerzas de San Martín se adelantaron, deteniéndose el 2 de febrero cerca de la posta del Espinillo, situada a 21 km al norte de Rosario, donde hoy se ubica la ciudad de Capitán Bermúdez. Tras cambiar los agotados caballos por unos frescos proporcionados por el comandante militar de Rosario, Celedonio Escalada, continuaron, al día siguiente, su recorrido hasta el Convento de San Carlos, ingresando por el lado oeste del monasterio. Y, tras negociar la situación con el superior de los frailes franciscanos del convento, fray Pedro García, San Martín ocultó a sus granaderos, de modo que la escuadrilla realista no pudiera divisarlos.
En el combate participaron 250 españoles contra 175 soldados rioplatences
Los realistas desembarcaron y avanzaron hacia el convento, suponiendo que allí estaban depositados los principales bienes de la zona. Para su sorpresa, fueron atacados por los granaderos a caballo y sable en mano. El ataque de las tropas argentinas se realizó con un movimiento de pinzas saliendo de la parte trasera del convento, una de ellas —la de la izquierda y la primera en moverse— estaba encabezada por José de San Martín; la otra estaba encabezada por el capitán oriental Justo Germán Bermúdez, quien estaba secundado por el joven teniente porteño Manuel Díaz Vélez. Bermúdez ejecutó un rodeo muy grande, forzando la escapatoria de los españoles hacia sus buques.
El factor sorpresa era fundamental para dar un ataque certero, teniendo en cuenta que San Martín contaba con menor cantidad de soldados, sería el primer combate de los mismos, su bautismo de fuego y debían demostrar que estaban a la altura de las circunstancias:
"Reconocido el terreno, con el alba ubica San Martín a sus granaderos tras muros y tapias, con los caballos ensillados y las armas preparadas. Desde el campanario ve, siendo ya las cinco de la mañana, que de las naves se desprenden lanchas con tropas rumbo al llamado puerto de San Lorenzo, lugar ubicado al pie del barranco y cercano a la desembocadura del arroyo homónimo.Como allí la orilla es menos escarpada que frente al convento, la pendiente facilita el paso a los 250 infantes de Zavala y el rodar de la artillería, formada por dos piezas de a cuatro. Corrida media hora, ya se ve asomar por el borde de la barranca a los atacantes, formados en dos columnas, con pendones desplegados y alentados por el sonar de tambores y pífanos. Tras descender del campanario, el coronel ordena a los granaderos montar a caballo y no disparar un tiro, confiándolo todo a sables y lanzas.Con su corvo en la diestra, arenga a quienes van a recibir su bautismo de fuego y concluye diciendo: “Espero que tanto los señores oficiales como los granaderos se portarán con una conducta tal cual merece la opinión del Regimiento”, y enseguida se pone al frente de una de las dos divisiones en que ha repartido a la tropa, en tanto que con la otra hace lo propio el capitán Bermúdez. El coronel atacará al enemigo de frente, en tanto que su segundo, dando un pequeño rodeo, lo hará por el flanco de los infantes para impedirles la retirada."[1]
La estrategia Sanmartiniana funcionó a la perfección sorprendiendo a las tropas de Zavala quien al tener prácticamente encima al ejército libertador, ordenó a sus tropas a formarse en martillo, una vez resistida la primera envestida atacan con mayor violencia al ejercito patriota.
Un disparo de bala dió en el pecho del caballo que montaba nuestro padre de la Patria, el cual al caer, aprisiona su pierna de manera que éste no puede librarse del mismo, un soldado español arremete con su bayoneta para darle muerte pero interviene en la escena el sargento Juan Bautista Cabral quien a costa de su vida le salva la vida al jefe criollo. Postriormente el soldado argentino Baigorria da muerte al asesino de Cabral
Mientras tanto Julián Navarro, capellán accidental del regimiento, que San Martín había incorporado, se movía en el fragor del combate dando la extremaunción y alentando a los granaderos.[1] .
La batalla terminó a las 6 de las mañana, en 15 minutos de duración los resultados de la misma fueron: Los españoles tuvieron 40 muertos, 14 prisioneros y 13 heridos. Del bando patriota se tuvieron 15 muertos, 1 prisionero y 27 heridos. Por su parte San Martín terminó con una herida en la mejilla y un brazo dislocado.
Consecuencias
Entre las principales consecuencias que produjo el combate de San Lorenzo podemos encontrar las siguientes:
· Los españoles dejaron de realizar incursiones desde Montevideo a través del río, lo que significó un debilitamiento progresivo y creciente para los realistas y permitió desalojar más adelante a los españoles del actual Uruguay, posición estratégica para defender el territorio.
· Produjo un ambiente de seguridad a todos los pobladores de las provincias cercanas, que sufrían constantemente el asedio, decomiso de su ganado y dinero por parte de las tropas españolas.
· Permitió la fluidez comercial con Paraguay, que era una fuente importante de víveres y comercio para la época.
· Representó el impulso definitivo de toda una gran campaña de independencia en el sur del continente americano
Bibliografía
Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado
Pignatelli Adrián El combate de San Lorenzo, 15 minutos que quedaron en la historia
Batalla de San Lorenzo. Recuperado de Enciclopedia de Historia (https://enciclopediadehistoria.com/batalla-de-san-lorenzo/).
Mayochi, Enrique Mario – El Combate de San Lorenzo – Instituto Nacional Sanmartiniano.
www.revisionistas.com.ar
[1] Pignatelli Adrián El combate de San Lorenzo, 15 minutos que quedaron en la historia
[1] www.revisionistas.com.ar
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